El valor del acompañamiento 2

Qué hermoso cuando podemos hacer partícipes a los demás de la despedida de nuestro ser querido

...y hay un compartir de vivencias y de recuerdos que hacen que su recuerdo siga presente cuando ya no esté.

Qué hermoso es poder acompañar desde la calidad de presencia, el silencio y la actitud compasiva, cuando solo hay amor en nuestros gestos, cuando hemos sido capaces de mirar con los ojos del corazón.

Qué hermoso es poder acariciarle reconfortándole con nuestros gestos en esos momentos de tanto miedo e incertidumbre.

Qué hermoso, que a pesar de lo dificil que resulta aceptar su propio deterioro seamos capaces de cuidar ese cuerpo deteriorado por la enfermedad con amor.

Qué hermoso cuando somos capaces de acompañarle y le podemos coger la mano, consolándole con nuestra presencia y nuestro gesto amoroso.

Qué hermoso poder encontrar guías que nos ayuden a transitar por el camino de la pérdida que con su sabiduría y conocimiento lo hacen más llevadero y nos permiten acompañar y transformar el tiempo de la despedida en un regalo de crecimiento, tras la metamorfosis que implica el afrontamiento de la despedida.

Qué hermoso recibir la gratitud de los demás por el tiempo compartido con nuestro ser querido.

Julia Gómez Lasheras